¿Los amputados necesitan comer menos?

Entrada originalmente publicada en Medizona.
Flickr: National Museum of Health and Medicine
Las necesidades calóricas no son las mismas para todos. El peso, la edad, la altura o el estado físico influyen en la cantidad diaria recomendable que requerimos. Por ejemplo, alguien más alto tiene más tejidos que nutrir, por lo es lógico que tenga que consumir más que una persona proporcionalmente más pequeña. Siguiendo este razonamiento, una persona amputada debería consumir menos calorías, o quizás no.
En cualquier persona se puede medir el gasto calórico en reposo o tasa metabólica basal, que tiene en cuenta el sexo, el peso, la altura y la edad. Así, en hombres sería:

66+(13,7*Peso en kg)+(5*Altura en cm)-(6,8*Edad)= kcal/día

Mientras en mujeres, cambiaría a:

655+(9,7*Peso en kg)+(1,8*Altura en cm)-(4,7*Edad)=kcal/día

Luego, el resultado se ajusta teniendo en cuenta la actividad (Confinado en la cama: 1,3; Ambulatorio: 1,3; Actividad normal: 1,5-1,75; Extremadamente activo: 2,0) y la lesión (Pos-operatorio sin complicaciones: 1-1,05; Fractura larga: 1,15-1,3; Curación de herida: 1,2-1,6; Enfermedad pulmonar: 1,3; Sepsis: 1,75-1,85).

Estos valores multiplican el resultado obtenido en la fórmula anterior. Dicho de otra manera, alguien que se considerara extremadamente activo gastaría el doble de calorías en reposo. Un amputado, al perder parte o la totalidad de una extremidad perdería parte de su peso. Se calcula que se reduciría de un 0,3% en el caso de la mano al 15% en una amputación por encima de la rodilla.

Pero la respuesta a la pregunta no se queda ahí. Los amputados, especialmente aquellos de miembro inferior que usan prótesis(1), gastan más energía para llevar sus actividades cotidianas. Este gasto calórico es aún mayor conforme más alta es la amputación, es decir, cuanto más corto sea el muñón. Aunque en individuos jóvenes en buena forma física, el gasto energético pueden no presentar un gasto energético adicional. Por otra parte, podría pensarse que los amputados bilaterales son los que tienen el mayor gasto energético, pero los resultados son muy variables y no están relacionados con el nivel de amputación. Aunque, en comparación, la velocidad al caminar suele ser menor.

Un detalle a tener en cuenta a la hora de sacar una conclusión son las causas de la amputación, pues son diversas: traumáticas, vasculares, malformaciones, tumores, etc. Esto significa que no se puede hacer una afirmación que se cumpla en todos los casos. Por ejemplo, la diabetes, una de las principales causas de amputación en la tercera edad, requiere una dieta específica para evitar futuras complicaciones. Además, hay que ser muy cuidadosos, ya que si alguien se gasta mucha energía por el gran esfuerzo que requiere para usar la prótesis, puede que el problema no esté en la alimentación, sino en su capacidad muscular o cardiorrespiratoria. Por lo que comer para compensar un hipotético gasto energético en exceso puede conllevar un aumento de peso que empeore la situación.

En cierta medida, la pregunta recuerda a la afirmación de que las embarazadas deben comer el doble, algo que es falso. En los amputados, las calorías que necesitan variarán de un individuo a otro, de la misma manera que en el resto de personas. En principio, al tener menos tejidos que alimentar, el gasto calórico sería menor, por lo que sería recomendable que el consumo alimenticio se redujera proporcionalmente. Partiendo de ahí, la energía adicional que necesite dependerá de su nivel de actividad. Dependería del factor de actividad, mencionado antes, que podía incluso duplicar la tasa metabólica basal.

A veces, lo que sucede es que la persona come exactamente igual que antes de la amputación y además, como le cuesta, realiza menos actividad, haciendo que a la larga engorde y sea aún menos activo. De esta manera, en términos generales, el amputado necesitaría comer menos, aunque se podría matizar que siendo activo esta reducción podría no ser tan acusada.

Notas

(1) Hago esta anotación porque no es lo mismo ser autónomo y con prótesis a estar en silla de ruedas y depender de otras personas.

Fuentes

  • Sieger, Eugenia, Capezuti, Elizabeth, Mezey, Mathy.Springer Publishing Company. 2ª Edición The Encyclopedia of Elder Care: The Comprehensive Resource on Geriatric and Social Care. pp. 105
  •  Gonzalez, E.G., Corcoran, P. J., Reyes, R. L. Energy Expenditure in Below-Knee Amputees: Correlation with Stump Strength Archives of Physical Medicine and Rehabilitation 55(3):111-9 · April 1974
  • Esposito ER, Rodriguez KM, Ràbago CA, Wilken JM. Does unilateral transtibial amputation lead to greater metabolic demand during walking? J Rehabil Res Dev. 2014;51(8):1287-96. doi: 10.1682/JRRD.2014.06.0141.
  • Göktepe AS, Cakir B, Yilmaz B, Yazicioglu K. Energy expenditure of walking with prostheses: comparison of three amputation levels. Prosthet Orthot Int. 2010 Mar;34(1):31-6. doi: 10.3109/03093640903433928.
  • Jeans KA, Browne RH, Karol LA.Effect of amputation level on energy expenditure during overground walking by children with an amputation. J Bone Joint Surg Am. 2011 Jan 5;93(1):49-56. doi: 10.2106/JBJS.I.01557. 
  • D. A. Wright, L. Marks, R. C. Payne A comparative study of the physiological costs of walking in ten bilateral amputees Prosthet Orthot Int March 2008 vol. 32 no. 1 57-67 doi: 10.1080/03093640701669108
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